Pere Llombard
Artesano y “batlle” de Almazora. (Segunda mitad del siglo XV)
Pere Llombard está documentado como pelaire, en nuestra tierra «paraire», un oficio artesanal que se encarga del trabajo o procesado de la lana, desde el esquilado de las ovejas en mayo, hasta que llega a las tejedoras. El pelaire clasifica la lana recién esquilada; la lava para eliminar las impurezas; la estira, para que queden sin grumos y pueda trabajarse mejor; la rocía con un poco de aceite, dándole una textura más suave; y peina la lana con peines de púas largas de acero.


Con todo, seguro, por la documentación. que Pere Llombard compagina su profesión con labores agrícolas, directas o indirectas, pues es titular de dos parcelas de tierra en el término de Almassora. Y, sobre todo, nos consta que desempeña puestos oficiales. A este propósito, aparece en 1458, como «lloctinent del batlle» y entre 1468 y 1469, es el «batlle» representando la autoridad del obispo de Toirtosa, señor feudal de Almassora, en la villa.
A Pere Llombard en 1472, lo documentamos con la dignidad de «jurat» de la villa, lo que sería hoy un concejal y todo y que avecina en Castelló actúa como «síndic» de Almassora en 1477, defendiendo los intereses de la villa. En la responsabilidad de estos cargos oficiales y de otros testimonios documentados, sabemos que Pere Llombard trata directamente con las instancias políticas del reino pagando deudas de Almassoras en Valencia; y gestionando tierras y rentas pertenecientes a la diócesis de Tortosa, dentro y fuera de Almassora.
En el ámbito privado, todo y ser mínimas las noticias, sabemos de su dinamismo y relaciones fuera de la villa, ya que desde 1447, documentamos negocios de este personaje con otros mercaderes y propietarios de Castellón, Onda o Valencia.




Esta expansión de sus negocios hace que este «veí d’Almassora», aparezca en 1476 como vecino de Castelló, sin dejar de tener relaciones públicas y privadas con Almassora, como en 1477, cuando representa a Almassora como «síndic» o cuando documentamos un hijo suyo, con su mismo nombre, que realiza su labor aquí y sigue siendo vecino de nuestra villa.
Siguiendo al profesor e investigador David Igual: «En definitiva, los datos conocidos de la vida de Pere Llombard dibujan una trayectoria muy común en las comunidades rurales medievales. Trayectoria en la que el probable desarrollo simultáneo de trabajos artesanales y agrícolas, por un lado, y el ejercicio de tareas oficiales (municipales y señoriales), por el otro, representaron para Llombard la expresión máxima de su progreso como individuo y también, hipotéticamente, como cabeza de su propia familia. Y todo ello, sin olvidar las mayores perspectivas de promoción que debió brindarle al final su avecindamiento en un núcleo como Castellón, que gozaba en aquel tiempo de una potencia social y económica mucho mayor que la de Almassora».