Fray Juan Bautista Arenós
(Almassora, 1728 – Manila, Filipinas, 1771). Fraile Agustino Recoleto

Rebuscando datos sobre nuestra historia local, nos siguen apareciendo, documentados, personajes prácticamente olvidados de Almassora, como fray Juan Bautista Arenós, religioso Agustino Recoleto, del siglo XVIII, que marcha a Filipinas, donde desarrolla su labor en diferentes ámbitos de la vida religiosa y social de la, entonces colonia española; sin retornar nunca a España, muriendo allí.
Diversos autores establecen que «En Almasora, de la provincia de Castellón de la Plana, nació este distinguido religioso el 1728, y profesó en el convento de Ntra. Sra. del Socorro el 1744» de València, en el hábito de san Agustín. Otro autor, hablando de «HIJOS ILUSTRES» de nuestro pueblo, nos refiere: «Fr. Juan Bta. Arenós, (1728 – 1771), Agustino Recoleto, Prior varias veces y Definidor de la Orden en Filipinas, Gobernador eclesiástico y Examinador sinodal del Obispado de Nueva Segovia, Calificador del Santo Oficio y autor de obras históricas y de devoción».

Fray Juan Bautista Arenós marcha, en 1752, desde el convento de la orden de san Agustín de València, a Manila, capital de la colonia española de las islas Filipinas, como misionero. Allí concluye sus estudios eclesiásticos y es nombrado lector de Artes y Teología, accediendo a una cátedra en el convento e iglesia de san Agustín de Manila, hasta su nombramiento como lector jubilado. Con el tiempo, es destinado a las provincias que conforman la región de Ylocos o Ilocos, regentando los pueblos de Cabugao, Bantay y Laoag. En 1758 es nombrado secretario de la Provincia y en 1760, padre «ministro ilocano», es decir, párroco de Cubugao, donde se destaca que «contribuyó muy eficazmente a la pacificación de los ilocanos levantados en armas contra España por los años 1762». En 1765, es nombrado definidor y prior de Manila y poco después retorna a la región de Ilocos, gobernando el obispado de Ilocos en ausencia del obispo y ejerciendo como «ministro» – párroco de Bantay en 1767 y en Laoag en 1769. Poco tiempo después aparece como gobernador Eclesiástico – vicario provincial- del obispado de Nueva Segovia, calificador del Santo Oficio y examinador Sinodal. Como vicario del obispado ejerce un poder religioso, social y político, documentándose su presencia en pleitos sobre rebeliones, «recomendando», a los jueces de la Real Audiencia, los castigos a los cabecillas. Fray Juan Bautista Arenós, fallece en el convento de san Agustín de Manila, el 10 o el 15 de abril, según autores, de 1771.
Durante la presencia española en Filipinas, la región de Ilocos es considerada tierra de insurrectos, teniendo lugar allí, entre otras, la gran rebelión de Silang de 1762, provocada por el trabajo forzado, recaudación de tributos y otros monopolios españoles. En este levantamiento indígena fray Juan Bautista Arenós cae preso, junto a otros religiosos, en el convento de Bantay, para ser entregado a los ingleses. Con todo, las intenciones de sus captores son dar muerte a los religiosos presos, durante el traslado. Se sabe que el padre Arenós, junto al padre Sánchez, en el pueblo de Santa, intentan mediar en la insurrección, tratando de persuadir al rebelde Silang. Ambos personajes se retiran a orar, decidiendo Silang darles muerte, momento que, según las crónicas, fueron protegidos del insurrecto, por una «fuerza oculta y misteriosa».

Por último, cabe hablar de otra faceta de fray Juan Bautista Arenós, su producción literaria. Así, en 1762, escribe Historia del alzamiento de Pangasinán. Y a mediados del siglo XVIII: Observaciones acerca de la Visita Diocesana, por un lado, y Mapa y descripción de las provincias de Ilocos, de carácter etnográfico y geográfico, por otro. En 1765, se publica en Manila, la Novena á Ntra. Señora de la Caridad, que se venera en el pueblo de Bantay, compuesta en castellano y traducida en Iloco por el M. R. P. Juan Bautista Arenós del orden de N. Padre S. Agustín. Este trabajo, escrito en idioma Ilokano, ha sido reeditado en numerosas ocasiones hasta nuestros días, por la gran devoción que se ha tenido y se tiene a esta imagen, en la región. Una edición digital de esta obra, se puede consultar en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España. Otra obra de parecido contenido y formato, publicada en Manila en 1872, es la Novena de Ntra. Sra. de la Consolación, que se venera en la Iglesia del pueblo de Magsingal, provincia de Ilocos Sur y demás parroquias que administran los Padres Agustinos calzados. Compuesta en castellano, y traducida al Iloco por el M. R. P. Lector Fr. Juan Bautista Arenós, del Orden de N. P. S. Agustín, para utilidad de los Cofrades. De esta obra, publicada cien años después de la muerte del autor, también existen varias ediciones, algunas sin fecha. Cabe recordar que los Agustinos, personas muy preparas y cultas, conviven con los indígenas, aprenden sus costumbres y modo de vida, «poniendo este conocimiento al servicio del acercamiento entre las dos culturas y también al servicio de la evangelización».
Por último, cabe recordar que fray Juan Bautista Arenós, también dirige la cuarta reimpresión del Berlarmino, del Padre Francisco López, escrito en 1621. Un compendio de doctrina cristiana redactado en la legua Ilocana pero con caracteres y grafía tagala, la lengua más extendida en Filipinas.